Subo al metro con mi camiseta negra de calavera a la espalda y mis botas pantaneras, gafas oscuras. Atípica pinta de domingo en la mañana, lo cual se confirma en las miradas de otros pasajeros. En el camino veo a otros vestidos como yo, todavía ninguna cara conocida… sin embargo, todos sabemos a donde vamos y cual será nuestra tarea de hoy.
Aunque mi vestimenta lo aparente, no voy a un festival de heavy metal el norte de Alemania (ya entenderán quienes conocen Wacken), esta vez acudo al llamado de la organización Sea Shepherd, un grupo ecologista de dimensiones globales con miembros en distintas partes del mundo. La tarea de hoy: Limpiar el río.
De repente me encuentro rodeado de los miembros de la organización local, situación que aprovecho para entrevistarlos (de la forma mas improvisada) en cuestiones que me interesan: Que tipo de personas componen la organización? Se interesan los extranjeros también por este tipo de cosas? Hay colombianos? Por que realizan este tipo de actividades? Esta fue la respuesta que mas me gustó: “Porque todos podemos hacer algo”.
Una vez llegamos a nuestro destino me dí cuenta que la cosa era grande, había muchas más personas, ciudadanos de todo tipo, familias, jóvenes, viejos, locales, internacionales, etc. Esto era la unión de muchos grupos que de alguna forma querían aportar a mejorar su ciudad, su río.
La tarea era simple… Sin embargo, al ser llevada a cabo por una masa grande de gente se convierte en una verdadera contribución y algo muy importante: genera sentido de pertenencia y propiedad en los ciudadanos hacia su espacio.