Menos es más

“Que afortunados son ustedes los colombianos”, es el comentario de casi todo alemán que visita Colombia (extrapolando: casi todo europeo en Latinoamérica), “al tener tanta variedad de alimentos, frutas, verduras, granos, etc. En Alemania solo comemos carne, papas, pasta, pizza y hamburguesas”

“Que afortunados son los alemanes”, decía un empleado colombiano, ” pueden escoger entre comida india, vietnamita, tailandesa, italiana o turca para el almuerzo. En Colombia solo tenemos el almuerzo corriente”

Los dos tienen razón, pues cada uno habla desde su perspectiva, experiencia y carencias. Y también es verdad, que un almuerzo corriente en Alemania no se consigue ni por las curvas. Pero siendo objetivos ninguno de los dos lleva una dieta saludable.

El almuerzo corriente que nos ha acompañado durante tantos años, aunque en su mayoría compuesto por alimentos locales, frescos, no es balanceado y falla al ofrecer pocos vegetales que a menudo rechazamos a cambio de mas proteína (un huevo). ¿Que tal un buen lomo de cerdo con 210 kcal o una carne mechada con 721 kcal por porción? (Fuente)

La variada oferta en la gastronomía internacional que se ve en países con alta inmigración (ej: Alemania) tampoco es del todo saludable: alto contenido calórico, de carbohidratos, sodio (sal), azúcar, grasas y exceso de proteínas animales. ¿Por ejemplo, nuestra bella pizza con 267 kcal por cada 100 gr. o el tradicional kebap con 774 kcal por porción?

¿Existe un punto medio? ¿Existe una mejor opción? ¿Hemos oído hablar de la Pirámide alimentaria? ¿Podemos hacer de nuestra comida algo más saludable? ¿Podemos ingerir alimentos con menos ingredientes procesados, menos grasas, sales, azúcar? ¿Menos kilómetros de viaje desde el productor hacia nosotros? ¿Menos proteínas y grasas animales?

Para llevar por favor

Este problema no es nuevo (como me gusta esa frase), ni tampoco discrimina a los países ricos de los pobres. Desde que nos inventamos la comida para llevar, debido a nuestra falta de tiempo para sentarnos a la mesa, y hasta ahora, casi obligados por el cierre de restaurantes; nos hemos visto comprando todo tipo de comida con empaques, platos y cubiertos desechables de todo tipo: icopor, aluminio, papel, plástico, etc.

Tan solo en Alemania se producen unos 14,5 millones de toneladas de basura plástica anualmente, de los cuales aproximadamente 1 millon es exportada al sudeste asiático. Sin embargo, debido a la falta de regulación, parte de estas exportaciones , terminan en ríos y mares en países lejanos de la Unión Europea. Para mediados de 2021 la Union Europea ha fijado la prohibición de plásticos de un solo uso. Esto es apenas el comienzo ya que muchos artículos quedan por fuera de la prohibición, ademas que Europa es tan pequeña que esta ley, todavia está muy lejos de solucionar el problema a nivel global.

¿Y nosotros que podemos hacer? ¿Esperamos a que este tipo de de leyes se incrementen y repliquen por todo el planeta? ¿Será entonces muy tarde? ¿Quien debe hacerse responsable por esto? ¿Los gobiernos, los negocios, los clientes? Ya que este tipo de leyes se está demorando en aparecer, las ideas no se han hecho esperar. Existen sistemas de envases reutilizables (Recup); Foodtrucks (Zauberküche) o Cafes (Schnickschnack) y Tiendas (Servus Resi) que aceptan nuestros propios recipientes. Asi como iniciativas (Einmal ohne, bitte) que agrupan este tipo de negocios. Las condiciones se van dando poco a poco, pero nosotros también debemos hacernos responsables.

Agricultura Solidaria

Muy pocas veces nos preguntamos de donde viene nuestra comida. Porque la respuesta es obvia: la pizza congelada viene del supermercado, las hamburguesas llegan en moto y los chocolates probablemente de la fábrica del señor Wonka.

Ahora, si nos referimos a la comida no procesada, por ejemplo las frutas, verduras, legumbres o tubérculos; no tenemos ni dea si estos crecen en un árbol, bajo la tierra ni de que forma son sus hojas. Esto debido a vivimos desconectados del campo, sus productos y sus habitantes y a esto lamentablemente nos hemos estado acostumbrando desde hace mucho tiempo.

La agricultura solidaria (Solidarische Landwirtschaft o SoLaWi), modelo que conocí ya hace un par de años (supermercados) hace realidad conceptos como cooperativismo, comercio justo, productos locales y estacionales en un mismo lugar.

Esta vez la visita no fue al punto de entrega de productos sino directamente a la granja, en la que Christian y Verena, desde hace 3 años cultivan una gran variedad de plantas para abastecer semanalmente a 50 miembros de la comunidad. Todos ellos dueños en parte de la producción, la cual es repartida entre todos, algo así como “Todos ponen, todos ganan”. Algo que me pareció muy interesante fue el concepto de las 3 libertades: La libertad de decidir cuanto pagar de acuerdo a tu situación económica (dentro de cierto rango); la libertad de tomar lo que necesites (sin acaparar lo correspondiente a los demás) y la libertad de colaborar en los cultivos ocasional o regularmente sembrando o cosechando los productos de la granja.

Cada vez se ven mas iniciativas de este tipo en distintos países debido a que las personas están buscando la forma de alimentarse mejor desde la base y esto es con alimentos orgánicos producidos a pequeña escala y sin intermediarios. Conociendo de esta forma el origen de sus alimentos y apropiándose de su producción.

Esta visita al Donihof con su variedad de productos me recordó una vez más las posibilidades que tenemos para sembrar nuestra propia comida: desde las hierbas en la ventana de la cocina, hasta la agricultura solidaria. Soberanía alimentaria en diferentes niveles ¿Tu en que nivel estás?

Mercados locales

Sábado en la mañana, día de mercado, vamos a comprar pán, queso, frutas, verduras, granola, conservas, arepas, arroz, vinagres, jabones, copas menstruales, aceites faciales, etc.

Para muchos esta escena transcurre en un centro comercial abarrotado de grandes marcas, productos procesados industrialmente, pasillos estériles, empleados mal pagos, etc.

Para nosotros, esta escena tiene lugar en un mercado local. Un concepto totalmente diferente, donde un grupo de emprendedores en diversos campos del saber se reúne a ofrecer sus productos: Ya sea traídos de sus fincas o hechos por ellos mismos, con sus manos, trabajando largas horas, sin la ayuda de una máquina. Siempre escogiendo ingredientes saludables, orgánicos, de calidad, con respeto por el entorno y pensando también en el fin de la vida de los productos y su desecho.

Poco a poco vamos conociendo los productos, pero no solo esto. También a las personas, quienes nos hablan como si nos conocieran desde hace mucho tiempo. Se toman el tiempo para contarnos sus historias, de sus vidas, de sus comienzos. Mas que una compra, se vuelve esto un paseo, una aventura.

Muchas son las implicaciones de estos mercados: No solo se impulsa la economía local, comprando directamente al productor; sino que también nos ayudamos a nosotros mismos cuidando de nuestra salud, comprando alimentos sin pesticidas, hormonas, antibióticos, azúcares y todos esos elementos que la industria alimenticia nos ofrece, comprando artículos manufacturados que llevan un largo proceso tras de sí y un largo tiempo de elaboración. No se trata aca de quién produce más rápido, sino de qué se está produciendo.

Es cierto que los precios no son los mas bajos en comparación con los supermercados tradicionales, pero obviamente estamos comprando productos de mejor calidad. Ya en otro tipo de compras (ropa, libros, tecnología) elegimos calidad sobre precio. Entonces, ¿Por qué no hacer lo mismo con nuestra comida?

Muchas de las enfermedades de este siglo están relacionadas con los alimentos que consumimos, es hora de tomar decisiones por nuestra salud en general.

Pero no solo encontramos alimentos en nuestros mercados, también jabones, aceites para masajes, artículos femeninos y hasta chirrinche (para quienes lo incluyen en su canasta familiar). Todos hechos a mano, con mucho cuidado como si fueran hechos especialmente para nosotros.

Siempre hay un mercado local cerca a nosotros, en cada país y/o ciudad. Siempre es bueno darle la oportunidad a esta nueva economía que nos fortalece como comunidad.

Rescatando comida

Salvar alimentos está de moda… ya nos estamos dando cuenta que el desperdicio exagerado al que estamos acostumbrados no tiene sentido. Más aún cuando para muchos habitantes del planeta, las escasez se vuelve una constante.

Existen varios tipos de “rescate”: Los más arriesgados lo hacen directamente en los containers de los supermercados (de ahí su nombre), tomando la comida justo antes de ser desechada a la basura; también existen comunidades organizadas como Foodsharing quienes en acuerdo con las tiendas, recolectan y reparten los alimentos que no se vendieron en el día.

Hace poco conocí un nuevo método y se basa en una App ya disponible en 9 países de Europa con la cual los restaurantes venden sus platos “no vendidos” por menos de la mitad del precio al acercarse la hora del cierre. De todo se encuentra, desde panaderías hasta restaurantes internacionales y cada vez mas restaurantes se unen a la iniciativa.


Supermercados 2017

 

Solidarische Landwirtschaft (SoLaWi) o como su traducción al español sería “Agricultura Solidaria” es un modelo que está tomando fuerza en Europa y se relaciona directamente con conceptos sostenibles, tales como cosecha (orgánica) regional y de temporada, lo cual reduce el transporte y con ello el impacto ambiental; basura cero; cooperativismo y construcción (fortalecimiento) de la comunidad.

Que es y como funciona?

Una vez a la semana se cosechan los diferentes productos que ofrece la granja, estos son llevados al “centro de repartición”, allí es donde son repartidos a los miembros de la comunidad. Cada miembro colabora con una cuota mensual o anual, a cambio de la cual tiene derecho a una parte de la cosecha.

Aunque, para una persona con mis hábitos de consumo, este modelo no reemplaza completamente al supermercado, para otras (con un poco mas de flexibilidad), podria hacerlo en gran parte, pues los productos son frescos, variados y en cantidad suficiente para cubrir una semana. Tomando en cuenta algunas diferencias:

– En lugar de abrir todos los dias durante una larga jornada, puedo ir un dia a la semana en un espacio de tres horas. Lo cual para mi no hace diferencia pues es precisamente el tiempo que invierto en hacer el mercado

– En lugar de enorme (sobre)oferta nacional e internacional a la que estamos acostumbrados en los supermercados tradicionales, nos encontramos con una version local, regional y de temporada (debido a lo cual no hay bananos colombianos ni naranjas españolas)

– La cosecha (de temporada) cambia dea acuerdo a la época del año. Esto para que nuestra dieta no se vuelva aburrida.

La mejor parte de mi experiencia fue al cocinar, pues de alguna forma estos productos poseían una valor adicional. Estos ingredientes orgánicos, comprados directamente al productor, gracias a la organización de la comunidad y sin un largo viaje tras de sí, simplemente eran diferentes…