Para llevar por favor

Este problema no es nuevo (como me gusta esa frase), ni tampoco discrimina a los países ricos de los pobres. Desde que nos inventamos la comida para llevar, debido a nuestra falta de tiempo para sentarnos a la mesa, y hasta ahora, casi obligados por el cierre de restaurantes; nos hemos visto comprando todo tipo de comida con empaques, platos y cubiertos desechables de todo tipo: icopor, aluminio, papel, plástico, etc.

Tan solo en Alemania se producen unos 14,5 millones de toneladas de basura plástica anualmente, de los cuales aproximadamente 1 millon es exportada al sudeste asiático. Sin embargo, debido a la falta de regulación, parte de estas exportaciones , terminan en ríos y mares en países lejanos de la Unión Europea. Para mediados de 2021 la Union Europea ha fijado la prohibición de plásticos de un solo uso. Esto es apenas el comienzo ya que muchos artículos quedan por fuera de la prohibición, ademas que Europa es tan pequeña que esta ley, todavia está muy lejos de solucionar el problema a nivel global.

¿Y nosotros que podemos hacer? ¿Esperamos a que este tipo de de leyes se incrementen y repliquen por todo el planeta? ¿Será entonces muy tarde? ¿Quien debe hacerse responsable por esto? ¿Los gobiernos, los negocios, los clientes? Ya que este tipo de leyes se está demorando en aparecer, las ideas no se han hecho esperar. Existen sistemas de envases reutilizables (Recup); Foodtrucks (Zauberküche) o Cafes (Schnickschnack) y Tiendas (Servus Resi) que aceptan nuestros propios recipientes. Asi como iniciativas (Einmal ohne, bitte) que agrupan este tipo de negocios. Las condiciones se van dando poco a poco, pero nosotros también debemos hacernos responsables.

Produciendo abono con restos de comida

Fue hace ya unos 30 años que en ese texto de ciencias naturales descubrí lo que era el compostaje. Al menos en teoría. Pero no nos digamos mentiras, porque la teoría explica la relación de nitrógeno / carbono en los compuestos orgánicos; el ciclo del carbono (si, como el del agua pero con carbono) y un poco de cosas que apenas alcanzo a comprender. Digamos que vi una actividad para niños en la que alternan capas de tierra, cartón, restos de comida y gusanos (lombriz roja californiana) para crear mágicamente en casa un abono orgánico para plantas.

En ese momento se creó la duda: ¿Se puede realmente crear algo a partir de la basura? Y bueno, por años esta idea me daba vueltas y siempre encontró las excusas perfectas para no ser puesta en marcha. Incluso un día pensé en crear empresa con esto, recogiendo muy amablemente la basura orgánica de las casas y vendiéndola como Compost después de ser transformada… pero en donde? (Esa era la excusa perfecta) . Vaya sorpresa cuando me doy cuenta que efectivamente alguien ya transforma esta basura y nos la vende para nuestras flores y tomates.

Durante todo ese tiempo (que no fue poco) me documenté algo al respecto, con artículos, videos, foros, etc. y para mi era claro que hacer compost en la ciudad era muy difícil sino imposible. Hasta que vi la luz en forma de caja de compost para la cocina, el apartamento, balcón, etc. Esas cosas que se inventan los austriacos de ciudades pequeñas, la llamaban Wurmkiste (Caja de gusanos). Después de pensarlo por otro par de años y planear soluciones a la pregunta: ¿Que diablos voy a hacer cuando los gusanos abandonen la caja, se reproduzcan a escala insostenible, se apropien de mi hábitat, etc? Será algo así como Alien 2020? Afortunadamente esta pregunta nunca tuvo que ser respondida. Así fue como un día decidí comprar la caja, los gusanos y poner manos a la obra. No tenia una mascota sino 500 a quienes debía alimentar periódicamente, dar agua y cuidar que no esté muy frio ni muy caliente.

Poco a poco los gusanos se van acostumbrando a su nueva casa, van comiendo (digamos que se nutren porque no tienen dientes), se van reproduciendo (ya he visto a los mas jóvenes entre los restos de comida) y al igual que nosotros van defecando a lo largo de su vida (por suerte diferente a nosotros). Después de un par de meses tengo 2 Kg de abono listo para la próxima temporada de plantas, ahora el ciclo vuelve a comenzar.

El jabón en barra

Después de escribir sobre el papel higiénico, lo más normal será seguir recorriendo el baño en sus diferentes opciones sostenibles. Pues aquí vamos:

Quienes critican a los activistas que alzan sus voces ante la crisis climática, acuden muchas veces al argumento: ” ¿Tendríamos entonces que retroceder 4000 años y volver a la época de las cavernas para vivir de una manera sostenible?” Bueno, esto es una exageración, ya que solo debemos retroceder unos 10 o 20 años para encontrarnos con los mismos productos que usábamos en aquellas épocas y vivir de una manera un poco menos cómoda pero mas acorde con las condiciones actuales.

¿Se acuerdan del jabón en barra, la brocha de afeitar, el canasto para la compra? ¿Se acuerdan cuando no tenían carro y andaban a todas partes en bicicleta? Se acuerdan cuando comían hamburguesas una vez a la semana y no cuatro? ¿Se acuerdan cuando el estar conectados a la Red Mundial de Ordenadores (Internet) era la excepción y no una constante?

Nada de esto es nuevo, pues siempre ha estado ahí, solo que hemos creado nuevos e “innovadores” productos que nos …”¿hacen la vida más fácil?” ¿En serio? No creo que todos. Muchos de estos envases (plásticos), nuevos estados de la materia (jabón líquido), invenciones futuristas (espuma de afeitar), etc. No son mas que los mismos productos empacados de una forma diferente o vendidos en una forma en que lo único nuevo que tienen es la cantidad de basura que producen.

En lugar de crear ciclos para volver al punto de partida. ¿Por qué no innovar en lo que realmente necesitamos?

Foto: Brocha y Barra de Espuma; Jabón y Shampoo en Barra; Dental Tabs y Cepillo.

papel higiénico

Si hay algo que no paramos de hacer, asi llueva, comamos o no carne, viajemos en bicicleta o en auto, seamos pobres o ricos; es ir al baño. Entre 1 y 2 veces por día, esto multiplicado por unos 70 años en promedio… no quiero calcular aca el peso o volúmen de lo producido sino mostrar la magnitud de este “negocio”.

Y bueno, en cuanto a la cantida de papel que utilizamos, es algo que no voy a discutir pues no existe forma todavía de reducirla a menós que esta sea no utilizar papél, para lo cual todavía no estoy preparado. Lo que si podemos reducir drásticamente es la cantida de empaque en el que compramos nuestro querido papel.

Hay de todo: Hace algunos años solo conocíamos los papeles de color blanco, después comenzamos (o por lo menos yo) a utilizar papeles reciclados con la esperanza de gastar menos recursos para la producción de papél nuevo. Esto ya es historia vieja y la conoce todo el mundo.

Lo que recientemente no estamos preguntando es como minimizar la cantidad de plástico en los empaques de este papél. Y bueno, hemos encontrado alternativas, algunas no tan económicas pués para nadie es viable pagar 8 veces el valor de un producto por más sostenible que sea.

Entre otras cosas (y baños se casas) me he encontrado con otra opción, papél de bambú, empacado en papél, lo cual lo hace totalmente biodegradable, ahí os dejo la idea.

Mercados de barrio

Llega el verano y la vida cambia totalmente en estas latitudes. Le cambia la cara a la gente, la rutina, las actividades afuera, la ropa, la comida, los libros, los deportes… con el verano también llega la temporada de mercados de los barrios, por lo menos en esta ciudad.

¿Pero por que querría alguien comprar cosas viejas y usadas?

Es verdad que algunos mercados ofrecen poca mercancía útil y mas bien parece que algunas personas no tienen mas que hacer el domingo que exponer sus mas antiguas pertenencias (tales como máquinas de escribir o planchas de carbón) al público esperando uno o dos euros a cambio.

Sin embargo, estos mercados de barrio me han cambiado la perspectiva totalmente. Muchos de los productos estan en perfecto o muy buen estado. Se encuentran libros, DVDs, CDs, ropa, artículos deportivos.. y ni hablar de los jugetes para niños que parecen haber sido usados tan solo una semana (24 al 31 diciembre).

¿Y que tiene que ver esto con la sostenibilidad?

Bueno, no es solo cuestión de ahorrarnos unos pesos. La compra en estos mercados tiene muchas implicaciones: Por medio de estos, conocemos a nuestros vecinos, disminuimos la cantidad de artículos en buen estado que terminan en la basura. Reducimos la velocidad del ciclo de creación de nuevos productos y de su fabricación, la cual implica extracción, energía, transporte y posterior desecho. Muchas son las ventajas, todos nos beneficiamos.

Mas Información disponible aca:

https://www.hofflohmaerkte.de/muenchen/