El Software Libre y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Ya me había tardado yo en escribir sobre software libre y sostenibilidad. Y aunque los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no son de los afectos de algunas personas, ya sea por videos en redes sociales de teorías conspirativas, por que no son perfectos y no solucionan absolutamente todos los problemas de la humanidad o por que no se pueden aplicar de la misma forma a los diferentes países, es lo que se tiene en el momento como hoja de ruta para un futuro más sostenible, así que acá vamos.

Los ODS fueron creados en 2015 para ser cumplidos a mas tardar en 2030 y el software libre desde de su modelo colaborativo contribuye a su implementación, en las siguientes formas:

Objetivo 3: Salud y bienestar
Una de las mediciones para este objetivo es la reducción de enfermedad y muertes asociadas a infecciones respiratorias debido a la polución. En ciudades con bastante tráfico, construcción, vehículos de carga, etc. Se evidencian niveles de material particulado no aptos para la salud. Iniciativas de hardware y software libre como CanAirIO hacen medible y visible estas condiciones por medio de dispositivos de bajo costo integrados a una plataforma de visualización.

Objetivo 4: Educación de calidad
Contrario a lo que se cree, el acceso a equipos de computación en la etapa escolar ha sido y es todavía limitado no solo en algunos países en desarrollo sino también en miembros de la Unión Europea. Es por esto que se han creado organizaciones cuyo objetivo es llevar computadores a escuelas y alumnos que no los pueden adquirir. Algunas como Labdoo a nivel mundial o Hey Alter! en Alemania reciben donaciones de equipos, los reinstalan con software libre y los entregan a las personas que mas lo necesitan para sus tareas escolares.

Objetivo 5: Igualdad de género
Históricamente muchos espacios del conocimiento han sido dominados por hombres y la tecnología no es la excepción. Gracias al modelo de “comunidades”, base de la interacción de las personas relacionadas con el software libre, se han creado iniciativas para incentivar la participación y empoderar a la población femenina en tecnología. Comunidades como pythongirls o womenwhocode cumplen este propósito.

Objetivo 7: Energía asequible y no contaminante
El software libre da para todo. Y es como de la mano de la Green Software Foundation se está vinculando a las empresas para pensar de una manera mas sostenible a la hora de escribir software. Ofreciendo cursos gratuitos sobre el tema e incluso se ha desarrollado el Carbon-Aware SDK, el cual permite hacer un mejor uso de las energías renovables en los procesos empresariales.

Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico
Como ya es bien sabido los costos relacionados con el modelo “tradicional” de licenciamiento propietario del software presenta una barrera para estudiantes, comerciantes, emprendedores y gobiernos a la hora de utilizar, desarrollar software. Contrario a esto, el modelo que cumple con las libertades de software , facilita el uso y la apropiación de estas tecnologías.

Objetivo 9: Industria, innovación e infraestructura
Las redes comunitarias de acceso a Internet son el mejor ejemplo de ello. Organizaciones como Colnodo en Colombia o Altermundi en Argentina, que interconectan poblaciones basados en tecnologías de hardware libre como Librerouter y software libre como OpenWRT construyen no solo infraestructura digital para las comunidades sino tejido social para sus pobladores. En Alemania, donde las necesidades son diferentes, el trabajo de Freifunk es muy conocido.

Objetivo 12: Producción y consumo responsables
Gracias a la optimización de recursos (CPU, RAM, etc) que realizan los los sistemas operativos libres, es posible alargar la vida útil de los dispositivos electrónicos y por ende disminuir los desechos no reciclables resultantes de su eliminación. De este modo también se reduce la explotación de elementos de la tierra para la fabricación de aparatos nuevos. Mas informacion.

Esto visto por encima, pero creo que analizando las medidas se puede encontrar mucho mas. Les invito a usar software libre!

Bonos de carbono

En los últimos tiempos marcados por la pandemia y las cada vez mas evidente emergencia climática, existen un par de términos que se han hecho cada vez mas populares: “greenwashing” y “huella de carbono cero” (ES) (net zero (EN), klimaneutral (DE)). Si miramos a nuestro alrededor y sin el ánimo de ser repetitivos y poco creativos: “La actividad humana genera emisiones”, eso ya lo sabemos. Y es que hasta respirar genera emisiones. Claro, dejar de respirar no es una opción viable por lo menos en los próximos 40 años. ¿Entonces, en que consiste esta neutralidad (cero emisiones) de la que tanto nos hablan?

Casi todo lo que hacemos genera emisiones, respirar, viajar en auto, comernos un ternero, viajar en avión, etc. algunas actividades en mayor o menos medida. Cada actividad tiene, por decirlo así su “huella de carbono”, es decir, la cantidad de CO2 que se libera durante ella y ya existen varias páginas en donde podemos medir el valor de nuestra huella de carbono personal adicionando nuestras actividades y dependiendo de nuestro estilo de vida.

Ahora, ¿como se llega a esta tan nombrada “neutralidad” si no es reduciendo las actividades y con ella las emisiones? En este caso debemos hablar de “compensar”, lo cual traduce generar (o pagar para que alguien genere) impacto positivo en forma de absorción de carbono y es acá donde entran los bonos de carbono.

Si bien, las empresas muestran cada vez más una preocupación por reducir sus emisiones, esto debido a las nuevas leyes, midiendo sus emisiones, reduciéndolas o compensándolas. ¿Será posible que algún día esto se vuelva obligatorio para las empresas? Como persona particular también es posible compensar estas emisiones comprando bonos en algunas páginas de internet o durante la compra de un mismo vuelo, pero…. ¿Será que estas compensaciones se volverán obligatorias para las personas naturales? ¿Como se mueve el mercado de estas compensaciones en el momento?

Menos es más

“Que afortunados son ustedes los colombianos”, es el comentario de casi todo alemán que visita Colombia (extrapolando: casi todo europeo en Latinoamérica), “al tener tanta variedad de alimentos, frutas, verduras, granos, etc. En Alemania solo comemos carne, papas, pasta, pizza y hamburguesas”

“Que afortunados son los alemanes”, decía un empleado colombiano, ” pueden escoger entre comida india, vietnamita, tailandesa, italiana o turca para el almuerzo. En Colombia solo tenemos el almuerzo corriente”

Los dos tienen razón, pues cada uno habla desde su perspectiva, experiencia y carencias. Y también es verdad, que un almuerzo corriente en Alemania no se consigue ni por las curvas. Pero siendo objetivos ninguno de los dos lleva una dieta saludable.

El almuerzo corriente que nos ha acompañado durante tantos años, aunque en su mayoría compuesto por alimentos locales, frescos, no es balanceado y falla al ofrecer pocos vegetales que a menudo rechazamos a cambio de mas proteína (un huevo). ¿Que tal un buen lomo de cerdo con 210 kcal o una carne mechada con 721 kcal por porción? (Fuente)

La variada oferta en la gastronomía internacional que se ve en países con alta inmigración (ej: Alemania) tampoco es del todo saludable: alto contenido calórico, de carbohidratos, sodio (sal), azúcar, grasas y exceso de proteínas animales. ¿Por ejemplo, nuestra bella pizza con 267 kcal por cada 100 gr. o el tradicional kebap con 774 kcal por porción?

¿Existe un punto medio? ¿Existe una mejor opción? ¿Hemos oído hablar de la Pirámide alimentaria? ¿Podemos hacer de nuestra comida algo más saludable? ¿Podemos ingerir alimentos con menos ingredientes procesados, menos grasas, sales, azúcar? ¿Menos kilómetros de viaje desde el productor hacia nosotros? ¿Menos proteínas y grasas animales?

Para llevar por favor

Este problema no es nuevo (como me gusta esa frase), ni tampoco discrimina a los países ricos de los pobres. Desde que nos inventamos la comida para llevar, debido a nuestra falta de tiempo para sentarnos a la mesa, y hasta ahora, casi obligados por el cierre de restaurantes; nos hemos visto comprando todo tipo de comida con empaques, platos y cubiertos desechables de todo tipo: icopor, aluminio, papel, plástico, etc.

Tan solo en Alemania se producen unos 14,5 millones de toneladas de basura plástica anualmente, de los cuales aproximadamente 1 millon es exportada al sudeste asiático. Sin embargo, debido a la falta de regulación, parte de estas exportaciones , terminan en ríos y mares en países lejanos de la Unión Europea. Para mediados de 2021 la Union Europea ha fijado la prohibición de plásticos de un solo uso. Esto es apenas el comienzo ya que muchos artículos quedan por fuera de la prohibición, ademas que Europa es tan pequeña que esta ley, todavia está muy lejos de solucionar el problema a nivel global.

¿Y nosotros que podemos hacer? ¿Esperamos a que este tipo de de leyes se incrementen y repliquen por todo el planeta? ¿Será entonces muy tarde? ¿Quien debe hacerse responsable por esto? ¿Los gobiernos, los negocios, los clientes? Ya que este tipo de leyes se está demorando en aparecer, las ideas no se han hecho esperar. Existen sistemas de envases reutilizables (Recup); Foodtrucks (Zauberküche) o Cafes (Schnickschnack) y Tiendas (Servus Resi) que aceptan nuestros propios recipientes. Asi como iniciativas (Einmal ohne, bitte) que agrupan este tipo de negocios. Las condiciones se van dando poco a poco, pero nosotros también debemos hacernos responsables.

Inversiones sostenibles

Las inversiones en productos financieros son ampliamente utilizadas como instrumentos para el crecimiento de capital. Por décadas, los administradores de estos fondos se han centrado únicamente en sus rendimientos, sin sentarse a mirar detenidamente (o mas bien ignorando) el tipo de empresas financiadas con este dinero, que implicaciones tienen los proyectos o que impacto tienen para la sociedad.

Es por esto que muchos fondos de inversión todavía apoyan fabricantes de armas (¿pero que mejor negocio que la guerra?), extracción de recursos en dudosas condiciones medioambientales, etc. Debido a esto, los clientes han comenzado campañas con las cuales se nos muestra lo que realmente se hace con nuestro dinero.

Hace un par de años, algunos fondos captaron la atención de los ciudadanos al ofrecer inversiones sostenibles (algunos llamados fondos verdes) en ferias, campañas de crowdfunding, etc. Esto, como todo al comienzo, fue algo de no creer, novedoso y objetivo de críticas por parte de la mayoría; poniendo en duda su rentabilidad y desempeño a largo plazo.

Pero finalizando el 2020 el panorama comienza a cambiar. Los vanguardistas de esta tendencia siguen en el mercado, ofreciendo lo que ya venían ofreciendo, además de esto, ahora vemos a los bancos “tradicionales” ofreciendo fondos de inversión sostenible, bonos verdes y algunos otros productos para invertir nuestro dinero de manera responsable con el entorno. Es decir, la inversión sostenible ha llegado al ciudadano común. De todas maneras no dejemos de preguntarnos ¿ es esto realidad o solo una etapa de greenwashing?

Produciendo abono con restos de comida

Fue hace ya unos 30 años que en ese texto de ciencias naturales descubrí lo que era el compostaje. Al menos en teoría. Pero no nos digamos mentiras, porque la teoría explica la relación de nitrógeno / carbono en los compuestos orgánicos; el ciclo del carbono (si, como el del agua pero con carbono) y un poco de cosas que apenas alcanzo a comprender. Digamos que vi una actividad para niños en la que alternan capas de tierra, cartón, restos de comida y gusanos (lombriz roja californiana) para crear mágicamente en casa un abono orgánico para plantas.

En ese momento se creó la duda: ¿Se puede realmente crear algo a partir de la basura? Y bueno, por años esta idea me daba vueltas y siempre encontró las excusas perfectas para no ser puesta en marcha. Incluso un día pensé en crear empresa con esto, recogiendo muy amablemente la basura orgánica de las casas y vendiéndola como Compost después de ser transformada… pero en donde? (Esa era la excusa perfecta) . Vaya sorpresa cuando me doy cuenta que efectivamente alguien ya transforma esta basura y nos la vende para nuestras flores y tomates.

Durante todo ese tiempo (que no fue poco) me documenté algo al respecto, con artículos, videos, foros, etc. y para mi era claro que hacer compost en la ciudad era muy difícil sino imposible. Hasta que vi la luz en forma de caja de compost para la cocina, el apartamento, balcón, etc. Esas cosas que se inventan los austriacos de ciudades pequeñas, la llamaban Wurmkiste (Caja de gusanos). Después de pensarlo por otro par de años y planear soluciones a la pregunta: ¿Que diablos voy a hacer cuando los gusanos abandonen la caja, se reproduzcan a escala insostenible, se apropien de mi hábitat, etc? Será algo así como Alien 2020? Afortunadamente esta pregunta nunca tuvo que ser respondida. Así fue como un día decidí comprar la caja, los gusanos y poner manos a la obra. No tenia una mascota sino 500 a quienes debía alimentar periódicamente, dar agua y cuidar que no esté muy frio ni muy caliente.

Poco a poco los gusanos se van acostumbrando a su nueva casa, van comiendo (digamos que se nutren porque no tienen dientes), se van reproduciendo (ya he visto a los mas jóvenes entre los restos de comida) y al igual que nosotros van defecando a lo largo de su vida (por suerte diferente a nosotros). Después de un par de meses tengo 2 Kg de abono listo para la próxima temporada de plantas, ahora el ciclo vuelve a comenzar.

Agricultura Solidaria

Muy pocas veces nos preguntamos de donde viene nuestra comida. Porque la respuesta es obvia: la pizza congelada viene del supermercado, las hamburguesas llegan en moto y los chocolates probablemente de la fábrica del señor Wonka.

Ahora, si nos referimos a la comida no procesada, por ejemplo las frutas, verduras, legumbres o tubérculos; no tenemos ni dea si estos crecen en un árbol, bajo la tierra ni de que forma son sus hojas. Esto debido a vivimos desconectados del campo, sus productos y sus habitantes y a esto lamentablemente nos hemos estado acostumbrando desde hace mucho tiempo.

La agricultura solidaria (Solidarische Landwirtschaft o SoLaWi), modelo que conocí ya hace un par de años (supermercados) hace realidad conceptos como cooperativismo, comercio justo, productos locales y estacionales en un mismo lugar.

Esta vez la visita no fue al punto de entrega de productos sino directamente a la granja, en la que Christian y Verena, desde hace 3 años cultivan una gran variedad de plantas para abastecer semanalmente a 50 miembros de la comunidad. Todos ellos dueños en parte de la producción, la cual es repartida entre todos, algo así como “Todos ponen, todos ganan”. Algo que me pareció muy interesante fue el concepto de las 3 libertades: La libertad de decidir cuanto pagar de acuerdo a tu situación económica (dentro de cierto rango); la libertad de tomar lo que necesites (sin acaparar lo correspondiente a los demás) y la libertad de colaborar en los cultivos ocasional o regularmente sembrando o cosechando los productos de la granja.

Cada vez se ven mas iniciativas de este tipo en distintos países debido a que las personas están buscando la forma de alimentarse mejor desde la base y esto es con alimentos orgánicos producidos a pequeña escala y sin intermediarios. Conociendo de esta forma el origen de sus alimentos y apropiándose de su producción.

Esta visita al Donihof con su variedad de productos me recordó una vez más las posibilidades que tenemos para sembrar nuestra propia comida: desde las hierbas en la ventana de la cocina, hasta la agricultura solidaria. Soberanía alimentaria en diferentes niveles ¿Tu en que nivel estás?

Vacaciones en tiempos de pandemia

Este año todo es diferente: el trabajo, la vida social, los viajes. Aunque ya es posible viajar en avion, tren o bus a lugares medianamente lejanos, este verano será utilizando el medio de transporte que me asegura el mínimo contacto con otras personas. Voy a visitar a mis amigos a 200 km de distancia y 4 días de recorrido.

Nunca sabes de lo que eres capaz hasta que lo intentas, dicen por ahí. Y bueno nunca habia hecho una distancia tan larga ni pedaleado tantos dias seguidos, con equipaje y sin esa seguridad de que en una o dos horas llegaré a mi destino.

La percepción del tiempo cambia completamente. Unas horas no son suficientes para ir de ciudad a ciudad, a veces se necesita una mañana o incluso todo un día. Pero incluso si se ha terminado un camino largo, desconocido y difícil, se siente la satisfacción de un día ganado, cada día mas cerca de un meta que cada vez se ve menos lejana.

Las distancias tambien se alargan en la mente humana, ya 40 o 60 km no se traducen como 30 mins en tren o auto, pero además de redimensionar esto nos damos cuenta de todo lo que hay en medio, en el camino, percibimos de otra manera el entorno, nos damos cuenta que todo un mundo existe y que este no es la ciudad, ni los semáforos ni las tiendas. En el camino me encuentro otros viajeros, en una u otra dirección y me doy cuenta que no estoy solo y que muchos han decidido hacer sus viajes de esta manera.

En estos tiempos de pandemia, hemos descubierto, conocido, comenzado nuevas cosas; yo he descubierto una forma de viajar.

Cooperativas – Genossenschaften

El primer sábado de Julio se celebró el Día Internacional de las Cooperativas y aprovecho esta excusa para escribir sobre este movimiento fundado por Robert Owen en el siglo XIX.

Aunque las más famosas sean las de ahorro y crédito (por ejemplo Crediquintas), en Colombia existe una gran variedad en cuanto a público, sector, objetivo, tamaño, etc. Conocemos por ejemplo algunas para profesionales, otras de la salud, otras financieras, unas pequeñas, otras grandes, etc. Un listado completo se puede encontrar en esta sitio del gobierno. Me llamó también la atención que en Argentina existen cooperativas de Tecnología y Software Libre.

¿Pero que tiene de interesante este modelo?

Su funcionamiento se basa en la idea de la economía solidaria: se reúnen varias personas con una idea en común (objeto social), cada uno aporta un capital (ya sea una sola vez o varias veces por un periodo de tiempo) y con este se crea una entidad de la que todos sus miembros son dueños y de la cual reciben ganancias al final del año fiscal. Algunas ofrecen a sus afiliados la oportunidad de trabajar en ellas y así ayudar a crecer la semilla de sus aportes. Las decisiones son tomadas de forma democrática por todos o la mayoría de sus miembros. Un ejemplo de propiedad colectiva, podríamos decir y esto renueva la idea de la propiedad individual o corporativa con la que hemos sido educados.

En Alemania estas se conocen con el nombre de Genossenschaft y funcionan básicamente bajo las mismas reglas. En España encontramos proveedores de energía, en Alemania muchas de estas se agrupan compartiendo una misma plataforma. En München las hay del tipo restaurante e incluso el nuevo supermercado libre de plástico nació de esta manera (Konsumgenossenschaft) . En Suiza, una de las mas grandes comenzó como un supermercado y ahora ofrece diversos servicios.

En pleno 2020 donde seguimos viendo cambios en la economía mundial y en donde nos vamos alejando del ser meros consumidores, es un modelo que vale la pena explorar.

Reflexiones del final de los tiempos – Decrecimiento

No es fácil escribir viendo como suben las estadísticas de infectados y muertos en varios paises. Incluido el pais donde crecí, el pais donde vivo y los paises de mis amigos y conocidos.

Pero por que este tipejo sigue hablando de sostenibilidad y no nos deja en paz? Se preguntaran algunos. El decrecimiento es para algunos la única salida a la crisis que la sostenibilidad trata de frenar con medidas a medias. Ahora que nos tocó decrecer a las malas.. es hora de hablar de esto.

Completo 10 dias en mi casa, algunos llevan ya 14 o mas, algunos llevan meses, otros 2 o 3 dias. Claro que extraño consumir, salir a nadar, comer en restaurantes, viajar, ir al cine, etc. Sin embargo me he dado cuenta, supongo que también muchas personas en muchos paises, de que que no necesitamos:

  • Comprar ropa cada fin de semana. Para en dos o tres meses botarla a la basura
  • Comprar cada nuevo aparato nuevo que sale (telefono último modelo, aspiradora, robótica cafetera) y que mas que cumplir una necesidad nos hace avanzar en esa carrera con los demás.
  • Viajar en avion cada fin de semana a un pais diferente. De afán, solo por haber estado ahí al menos una vez.
  • Salir en el carro todos los dias al centro, meternos en esos atascos, lo cual nos vuelve agresivos, eleva el stress y nos enferma.
  • Comer afuera dos o mas veces por semana. Comida cuya calidad muchas veces no supera a la hecha en casa. Olvidando que cocinar potencia nuestra creatividad, trabajo manual y nos relaja.
  • Ir al cine el fin de semana a ver películas de las que las que nisiquiera nos acordamos al próximo jueves.

¿De verdad necesitamos todo esto para poder vivir felices? ¿ Y tú de que te has dado cuenta?